Composición del Acero inoxidable
Antes de elegir un material, en cualquier trabajo para la industria, se debe planear el uso y los objetivos generales.
Las propiedades del acero inoxidable permiten, entre otros aspectos, una resistencia a la corrosión mucho más avanzada que otros materiales. Por ello, los aceros inoxidables cumplen con los requisitos técnicos de una gran variedad de sectores en la industria. Así pues, es imprescindible que se use el grado correcto, es decir, la aleación que más convenga al trabajo elegido.
Los aceros inoxidables son, en esencia, una combinación de hierro y carbono. Sin embargo, también contienen cantidades substanciales de cromo, manganeso, molibdeno, níquel o incluso silicio. Además, se agregan menores cantidades de fósforo y estaño. La combinación de todos estos componentes da origen a diversas aleaciones de acero, con las cuales se realizan trabajos diferentes, por lo que se subraya la importancia de los porcentajes adecuados de estos elementos.
Esta industria ha ido creciendo con el paso de los años, tanto en distribución como en innovación de materiales.
El manejo de los aceros inoxidables es una tendencia moderna. Dada la diversidad de climas y circunstancias en las distintas partes del mundo, se ha vuelto necesaria la formación de aleaciones diversas, que cumplan las necesidades de cada región y de cada tarea. Asimismo, los aceros inoxidables se adaptan a la exigencia actual para cuidar el medio ambiente, ya que son reciclables en un alto porcentaje (50 – 70 %).
Ahora bien, para la selección del material no se enumeran todos los porcentajes de los componentes. Esto dificultaría en muchos sentidos el nombramiento de las aleaciones, aun cuando múltiples empresas tienen un catálogo desglosado de estas cifras. Por esta razón y por la gran variedad de combinaciones, la Sociedad Americana de Pruebas y Materiales (ASTM, por sus siglas en inglés) ha promovido dos principales sistemas para nombrar las aleaciones: el primero de ellos es el UNS (en español, Sistema Unificado de Numeración), y el segundo lo impulsó el Instituto Americano del Hierro y el Acero (AISI).
Ambos son compatibles entre sí, y han facilitado el nombramiento de distintas aleaciones, no sólo del acero. Se trata de una serie de números que, de acuerdo con los porcentajes de los elementos, clasifican distintos tipos de aleaciones. El UNS es un sistema más largo: se utiliza la letra S para los aceros, seguida de cinco dígitos numéricos.
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