Monitoreo de corrosión
El monitoreo de corrosión es un parámetro fundamental para el diseño y operación de las plantas industriales, ya que permite a los ingenieros identificar los daños causados por la corrosión.
La corrosión es un fenómeno natural que perjudica la integridad de distintos materiales. Para combatirla, muchas empresas usan diversos métodos, como los que exponemos en la presente edición. Entre los sectores que más se ven afectados por este problema están la industria química y la petrolera.
Sin embargo, las causas más comunes por las que se acelera este proceso son más bien por error humano, puesto que un mal diseño en la construcción o las especificaciones inadecuadas de materiales aceleran el proceso de corrosión, y abarcan un 30% de los casos.
Un ataque corrosivo, según tenga lugar, se puede clasificar en corrosión uniforme, localizada o combinada.
Ataque Generalizado: frecuentemente la corrosión de un metal atañe a toda su superficie, como cuando el hierro permanece expuesto sin protección alguna a la acción de los agentes atmosféricos, teniendo un ataque generalizado más o menos uniforme.
Ataque Localizado: otro tipo de ataque es el que actúa exclusivamente sobre determinadas áreas de la superficie, y que puede conducir al fallo prematuro de una pieza o estructura, sin afectar apenas al resto de la superficie metálica, siendo ésta la mayor parte.
Riesgos Mayores: el ataque localizado tiende a profundizar mucho más rápidamente que la corrosión generalizada, pudiendo ser en extremo peligroso. El metal queda picado, con grandes rugosidades en su superficie; por lo que su capacidad de deformación disminuye más rápidamente.
