Soldabilidad de aceros de alta resistencia

Sus espesores más delgados obtienen ahorro en los combustibles, mejorando además el desempeño en la absorción de energía

Estos aceros son una gran ventaja en la industria automotriz. El proceso de soldadura se complica con esta clase de materiales. De hecho, la formación de martensita es un riesgo para los aceros con alto contenido en carbono. Esto se debe a que la martensita es dura, frágil y su formación produce un incremento de volumen que impone esfuerzos adicionales en la estructura del acero.

En eso influye la zona afectada por el calor, que altera las propiedades químicas debido a las altas temperaturas y un eventual reenfriamiento. Durante los procesos de soldadura ocurre el proceso que sensibiliza y vulnera el metal. Por esta razón, son fundamentales los métodos de tratamiento posteriores al proceso de soldadura, de tal modo que el metal tenga la máxima efectividad y duración.

 Los aceros con más de 0.5 % de carbono presentan una baja soldabilidad

El carbono es un elemento determinante en la soldabilidad de los aceros. Dependiendo del contenido en su composición, será el comportamiento del acero en el procedimiento de soldadura. Los aceros que contienen entre 0.3 y 0.5 % de carbono presentan una soldabilidad limitada, ya que tienden a la formación de martensita precisamente en la zona afectada por calor (ZAC). Una recomendación previa para esta clase de aceros es un debido precalentamiento que aliste la superficie para el proceso de soldadura.

Para la industria automotriz, este método tiene gran relevancia, debido a que solventa algunos de los problemas originados por la composición química y la microestructura de los AHSS, que se obtiene gracias a la modificación de esa estructura. Recordemos que esa composición se modifica durante el proceso de soldadura que se utilice, lo que implica que, a mayor cantidad de calor, más será la alteración de la microestructura durante los rangos de enfriamiento.

En el proceso de soldadura de puntos por resistencia se debe presentar una selección adecuada, no sólo en los consumibles, sino también en los parámetros del proceso. De todo eso depende un ensamble exitoso, que garantice las mejores condiciones de resistencia en la superficie metálica.

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