Pasivación electroquímica

Es importante un método de limpieza tras la soldadura, no sólo para beneficiar la estética de la pieza, sino también para protegerla contra el deterioro constante

Durante la soldadura se emplean temperaturas sumamente altas que vulnera la capa superficial de óxido de cromo (Cr2O3) que está presente en los metales. Aun cuando el acero inoxidable presenta una gran resistencia contra la corrosión, la abrasión y el calor excesivo disminuyen esa capacidad, y lo dejan expuesto a la oxidación. Por ello, es importante un método de limpieza tras la soldadura, y no sólo para beneficiar la estética de la pieza, sino también para protegerla contra el deterioro constante.

Se han desarrollado nuevas opciones que involucran a la electricidad en el proceso de pasivación, intentanto mejorar su eficiencia

El pasivado es una de las soluciones más usadas. Se trata de formar una capa inerte que limpie y a la vez proteja el acero de la corrosión. Usualmente este proceso consiste en sumergir las piezas metálicas en diferentes ácidos, formando así la protección esperada. Para el acero inoxidable, se emplean dos sustancias principalmente: ácido nítrico (HNO3) y ácido cítrico (C6H8O7). Sin embargo, se han desarrollado nuevas opciones que involucran a la electricidad en el proceso de pasivación, intentanto mejorar su eficiencia.

Calor y electricidad
La innovación en los métodos de limpieza y cuidado de los metales trajo la pasivación electroquímica. En ella se combinan la electricidad, el calor y algunas soluciones químicas para producir la película de cromo que blinda contra el deterioro y la corrosión. Los aceros, además, adquieren un aspecto mucho más estético y se limpian impurezas de las superficies, por lo que representan una ventaja con respecto a los métodos tradicionales de pasivado.

El método implica tres principales componentes: la electricidad, el calor y las soluciones químicas. La electricidad es el principal aporte de energía, y a partir de ella se produce energía caloífica, que beneficia durante la aplicación del procedimiento. Por último, se utiliza una solución especial, que combina el ácido fosfórico (H3PO4) con algunas otras sustancias que promueven la limpieza de la superficie y mejoran la resistencia del acero tratado.

Pruebas
Con la finalidad de calcular la calidad del pasivado en una superficie, existen algunas pruebas generales. En la primera de ellas se utiliza una cabina especial que retiene la humedad al 100 %. Las superficies se colocan en una inclinación de 15 y hasta 20° y se someten a una temperatura de 35 °C durante 24 horas. La humedad corre hacia abajo revelando los efectos del pasivado. El material que ha sido pasivado apropiadamente estará casi libre de óxido, aunque puede mostrar una ligera coloración.

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