Acero automotriz: otras opciones
Excluyendo los polímeros, que son más bien complementos del propio acero en la fabricación del automóvil, no existe un material realmente a la altura de la exigencia del acero.
Sin embargo, algunos se perfilan, a largo plazo, como una opción interesante en el medio, pero con un largo desarrollo por recorrer. En algunas fuentes se asegura que los plásticos pueden ser la solución para la relación de peso y resistencia; no obstante, los polímeros representan más un complemento en un automóvil, pues se usa en los lugares donde no se necesita un grado significativo de resistencia.
Por otro lado, la industria del aluminio se contempla como una de las más importantes en la industria automotriz. Pese a no contar con la expansión en este sector, en algunas manufactureras ya se contempla como una opción para sustituir al acero. Su peso es considerablemente más liviano, aunque el gran problema sigue siendo la resistencia mecánica y la química, pues se necesitan piezas de aluminio con distintos tratamientos e innovaciones para alcanzar la dureza necesaria.
Por otro lado, los métodos de manufactura en la industria del acero no aplican para el tratamiento del aluminio. La soldadura, el corte y el estampado producen deformaciones en las piezas o cambios indeseados; un ejemplo es la modificación que sufre el acero tras la soldadura, pues se torna más duro con el procedimiento, aspecto que ocurre al revés con el aluminio.
Por todo ello, se requiere todo un cambio en los procesos para obtener la eficiencia necesaria en la industria del aluminio. Con ese panorama, el acero se consolida como una opción realmente estable en la industria del automóvil, ya sea por sus propiedades de resistencia, ya por su balance de peso. En sus diferentes aleaciones y en el progreso de los aceros de alta resistencia, se ha mantenido el éxito y la prioridad de este metal dentro del sector automotriz.
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